lunes, 9 de junio de 2008

Padre Celestial





Tenemos un Padre que no es el hombre a quien llamamos papá, Él es Dios, es tu Padre celestial porque su morada eterna es el Cielo, y a través de Jesucristo ha prometido llevarnos a ese hermoso e incomparable lugar, como Padre, Él es proveedor y entre las muchas cosas que nos da, también ha previsto un lugar para que estemos junto a Él por toda la eternidad.

Si Dios es el Padre de tu padre terrenal, eres muy bendecido, pocos pueden llamar a Dios: “Padre de mis padres”, y si es Padre de tus abuelos, significa que Su Nombre ha sido respetado por dos generaciones. Si no es así, no importa, al fin y al cabo la salvación no se hereda y tú puedes ser el primero en tu generación que conoce Su Palabra y le sirve.

Dios es quien nos hizo. Y Dios también hizo el mundo en el que vivimos, todo lo hizo hermoso en su tiempo, en el kayros de Dios, hizo las flores, las plantas y los animales. Dios hizo el sol, las estrellas y el gran cielo azul. Él también hizo ríos, lagos, océanos, todo lo que hay en nuestro planeta azul y en el universo entero. Einstein, un gran científico dijo una vez: “Quisiera saber cómo creo Dios el mundo”, seguramente un día Dios nos dirá cómo lo hizo, tendrá toda una eternidad y lo hará con lujo de detalles, responderá todas las preguntas.

¿Por qué te hizo Dios a ti? Dios te hizo porque Él te ama, Él es Padre de los espíritus de toda carne, le dio un espíritu a tu cuerpo cuando eras un cigote, sopló en ti el aliento de vida espiritual o Zoe que nos comunica con Él. Dios quiere cuidarte de día y de noche, quiere darte todo lo que necesitas para vivir: la comida, el vestido, la casa, Él cuida de las aves y de los lirios del campo, cuidará también de ti.

Cuando estés triste o preocupado piensa que Dios hizo muchas cosas que te gustan y que no podrías comprar ni con todo el dinero del mundo: la luz del sol, la nieve, el agua, las frutas, las palabras dulces que te dicen quienes te aman y las que tú puedes decir.

¡Qué bueno es tu Padre! Debemos darle gracias a Dios por todos
estos dones, conversando con Él, cuando le hablas a Dios, Él siempre escucha lo que dices. Eso es orar, es conversar con Dios, cuando conversas con alguien debes dejar que esa persona también hable ¿verdad?, Dios quiere decirte cosas también, darte la solución al problema que te angustia o decirte lo mucho que se alegra por lo bueno que te está pasando, debes aprender a escucharlo, guarda silencio después de orar y aprende a distinguir Su voz.

Dios quiere que le llames Padre. Jesús nos enseñó a orar diciendo: “Padre nuestro, que estás en los cielos...” (Mateo 6:9). Si tu padre terrenal te negó, Dios nuestro Padre nunca lo hará.